3/4/10

PEQUEÑOS placeres


Me encanta estar tumbada en la cama, cepillándome los dientes, poniéndome un calcetín, leyendo, bailando... me encanta hacer lo que sea y que mientras lo hago se escuche la lluvia golpear con fuerza, golpear suave, golpear todas y cada una de las tejas que me protegen, que construyen el tejado de mi casa y que me hacen estar aquí, acurrucadita, calentita, ajena a todo y recordando que ahí fuera hay otro mundo.

Quizá sencillamente me gusta que me protejan; sentirme así, sana y salva. Sentirme en mi lugar. Sentirme en mi territorio.

Y es que adoro los pequeños placeres de la vida.

¿He dicho pequeños?.

(...)







Es tarde. Ahí fuera sopla el viento y llueve con fuerza. Todo está en silencio. La única señal de vida es mi pecho que se eleva al ritmo de mi respiración y las gotas rebotando con fuerza sobre el techo de mi habitación. Suena Sigur Ros. Me pesan los párpados. Abrazo la almohada. Relajo una pierna. Relajo la otra. Duermo. ¿Duermes?. Dormimos.




--BCÁ--

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El mar, la arena, el aire, las miradas, los sueños, la felicidad,... Buscar con una lupa las minúsculas cosas que se esconden en cada paso de nuestra vida, en cada esquina, en cada cruce de caminos,... A veces las cosas más enanas son sin dudarlo el mundo que nos gustaría descurir,...

BCÁ dijo...

Quién si no tú PEQUEÑO... :)

Pepe Ventureira dijo...

Hola Bibiana, me gusta en especial el contraste entre el regocijo y disfrute interno de esos pequeños placeres, y el frio y lluvia tras los cristales.

Un abrazo