20/12/10

... y saltar sobre un charco de estrellas



... pude ver como, torpemente, se dirigía hacia el banco de mimbre en el que yo estaba sentada. Caminaba muy despacio, observando todo a su alrededor pero sin apartar la vista de mi.

Cuando por fin se encontraba a unos escasos centímetros, no dijo nada, sencillamente me miró y con su ojos me pedió que la acompañase. Dudé unos instantes entre temerosa y expectante. Finalmente, me levanté, la cogí por el brazo y la acompañé a una puerta que estaba atada con un trozo de tela.

-Hay que tener cuidado. Mira como rompieron todo. Hay gente muy mala ahí fuera. Creo que quieren venir a robarnos. ¿No tienes una navaja? –me dijo.

Me perdí. Me perdió. Me descolocó.

Llevaba el bolso colgado a juego con aquel vestido de domingo que tan bien lucía. Su marido, en la otra esquina de la sala, la evitaba.

Le acaricié la mejilla y le dije: -no, no se preocupe. La gente mala está fuera, muy lejos de aquí. En esta casa no van a venir a hacerle daño.

-Estoy esperando a mi hijo Carlos, el pequeño, que estuvo de vacaciones. Me llamó ahora y me dijo que venía en el coche. Debe de estar a llegar Luis. (Se colocó el pelo). Y ya nos vamos para casa. Si quieres puedo ir a dormir a la tuya. ¿Pero no tienes una navaja pequeña o un cuchillo?. Mira que si cortamos eso en la puerta ya no pueden entrar. Hay gente bien mala por todos los sitios. Dios y la Virgen nos libren de todos ellos. ¿Tus hijos están bien?.

Sonreí. Y espondí: -sí, mis hijos están bien. Fueron a andar en la bicicleta.

-No sé qué haré hoy para comer. Viene mi madre, que ahora tiene un novio y los viernes siempre vienen a cenar. Y hay que tener cuidado porque mira esta puerta, está toda rota. Yo creo que han intentado venir a robar. Dios te de mucha paz y mucha calma, a ti y a tu marido. Que mira que hay gente mala ahí fuera…

...

Alzheimer: m. PAT. : trastorno degenerativo de la corteza cerebral que da lugar a un tipo de demencia progresiva y crónica, en edad media o avanzada, caracterizada por pérdida de la razón, de la memoria, de la percepción y del sentido de la orientación.

...

Hay realidades y mundos paralelos que desconocemos. Y ésta es una de esas realidades que yo desconocía por completo. Ayer, por suerte o por desgracia, la pude rozar con mis dedos, acariciarla. Tenía nombre y apellidos, aunque ella no los recordase. Y logró hacerme ver y sentir en mi propia piel, en cuestión de segundos, la fragilidad del tiempo.

Desconozco cómo será mi vida cuando mi cerebro alcance esa edad. Desconozco cómo será la de mis padres. Pero si una cosa me ha quedado clara es que pienso hacer todo los posible para dibujar con mis propias manos la realidad o la ficción más bonita que jamás se haya creado. Una vez que los contornos estén bien trazados, colorearla, con tacto, con amor.

Y mostrársela.

Regalársela.



--BCÁ--

1 comentario:

Pablo dijo...

Precioso. Preciosa :)