28/9/10

A ¿contra?corriente

http://www.goear.com/listen/0c48978/mad-world-gary-jules

Una se sienta en su cama de niña rica, en una casa que sus padres han levantado con cada gota de su sudor, con su portátil de taintantos euros entre las piernas y es entonces cuando decide enfrentarse a una hoja en blanco. Se pregunta: -¿qué más quieres, egoísta?. Si lo tienes absolutamente todo. Y de pronto, como en otras tantas ocasiones aparece: culpabilidad.

Pero el ser humano es así, siempre quiere más y más y a poder ser en el menor espacio de tiempo posible. No me culpo por ello, ni a mi ni a nadie. Estamos hechos para ser egoístas, para querer más y más, para no ver más allá de nuestros propios problemas, y penas, y lágrimas. Nos consuela saber que siempre hay alguien peor que nosotros. ¿Culpables?. Nadie. O acaso el ser humano, y como el ser humano es un ente abstracto al final llegamos al mismo punto de partida: nadie.

En la cama una aprende muchas cosas. La cabeza sobre la almohada, los ojos se dirigen al techo, cerrados, abiertos. Mente en blanco. Y es ahí cuando al menos yo me encuentro conmigo misma. Y también es ahí, en ese preciso instante, cuando una se siente Feliz, o incompleta o sencillamente, no termina de encontrar su lugar en el universo. Y yo me pregunto, ¿realmente hay un lugar prefijado para cada uno de nosotros?. ¿Venimos a este mundo con un destino predeterminado: tú serás médico, tu arquitecto, tu padre o tú malabarista?. ¿Existe eso o muy por el contrario somos nosotros los que nos forjamos, cada día, con cada paso, nuestro futuro?.

Irás al cole, desde pequeña escucharás lo que otras personas piensan por ti y te lo creerás, harás amigos y conocidos, algunos de los segundos te traicionarán, llorarás, tu madre te consolará. Te darás tu primer beso con tu novio, más tarde echarás tu primer polvo a poder ser en tu cama, un día que tus padres no estén en casa, con condón y muchos besos, mucho mimo, el mismo novio de toda la vida que a ti no te duraría más de medio año. Irás a la Universidad, terminarás tu carrera, a poder ser que tenga salidas profesionales y nada de movidas raras que al final no te van a dar un duro el día de mañana, te llevarás miles de desengaños porque la Universidad no es esa bonita moto que te han querido vender. Empezarás a salir con un chico que sabes que le va a gustar a tus padres, os dejaréis la vida haciendo horas extras para poder compraros un piso e iros a vivir juntos. Tendréis un perro, más tarde niños, e hipoteca, coche familiar… Echaréis un par de polvos al mes y con suerte habréis pactado no discutir en público no vaya a ser que vuestros padres crean que os lleváis a matar. Niños. Eso es. Ellos sí dan pleno sentido a la vida. Los verás crecer. Y entre tanto, tú les irás inculcando exactamente los mismos valores que te han inculcado a ti. Y diréis que las cosas han evolucionado, que ya no son así. Y sí, seguramente no son exactamente así. Tú habrás sabido decir que sí a esa carrera que te gusta a pesar de que no te vaya a dar un duro, o tus gustos sexuales llevan tu misma letra de género en el dni, o vivirás en pecado antes de casarte y mucho más antes de comprarte un piso. Pero al final todo es lo mismo. Nacemos programados para pensar de determinada manera y para hacer exactamente lo mismo que hacen nuestros semejantes. Y esto es lo que al final nos lleva cada noche a meternos en cama con la conciencia tranquila, en paz. Porque volviendo a lo que decía al principio: si todo el mundo es “así” y “así” está bien, ¿por qué no lo voy a estar yo?. Una vez más nos comparamos con el resto de la sociedad. Como robots.

¿Y si planto mi carrera a 2 asignaturas de terminarla?. ¿Y si decido que quiero ser actriz, o payasa, o cantante de ópera?. ¿Y si quiero pasar el resto de mi vida al lado de una mujer?. ¿Y si no quiero tener un piso propio y quiero ser madre soltera y poder llevar a mi hijo en la moto al cole cada día (con las medidas de seguridad oportunas)?. ¿Y si…?. ¿Y si…?. ¿Qué ocurriría entonces?. ¿Dejaría de ser mejor hija, o mejor amiga?. ¿Eso me haría más inmadura?. ¿Mi abuela seguiría diciendo la misma cantidad de cosas bonitas que dice de mi ahora mismo, con casi 23 años y a punto de terminar Derecho?. Y lo más importante de todo: ¿sería Feliz decidiendo por primera vez en MI vida por mi misma lo que quiero y lo que no quiero hacer con MI vida?.

Pero si yo ya soy Feliz así… ¿Para qué complicarse?. Al fin y al cabo es lo que han hecho mis padres, mi hermano, mis amigos o conocidos. Quizá esto sea lo que de verdad quiero, justo esto. O quizá, sólo quizá... no.


--BCÁ--

4 comentarios:

Pablo dijo...

No, plantar Derecho a punto de ser licenciada no es una buena opción. Pero que a partir de ahí te dediques a ti, y a escribir sí es algo que te deberías de plantear muy seriamente. Es más, si no lo haces el mundo se perderá a alguien grande, como persona y como escritora. Así que por favor, que esa sonrisa siga brillando con luz propia para hacer brillar a los demás con tu presencia y con tus palabras. Tienes el mundo a tus pies renacuaja. ¡A por él!

Nom de plume dijo...

Exageradooooooo; de todas formas, no pensaba dejar la carrera, lo que me faltaba ya jajaja

Mario dijo...

Me encanta aprender de la gente y más cuando escriben tan bien. Ya tienes un nuevo seguidor.
Creo que si "una se sienta en su cama de niña rica, en una casa que sus padres han levantado con cada gota de su sudor, con su portátil de taintantos euros entre las piernas y es entonces cuando decide enfrentarse a una hoja en blanco..." y no se pregunta nada, no escribe, se acuesta y se duerme. Sólo entonces es como los demás. Si piensa, escribe, disfruta, ríe, llora, vuelve a reír, sigue escribiendo... entonces, es una persona única.

Nom de plume dijo...

Oh, muchas gracias Mario :)