8/6/10

Entre calada y calada... Ella


"Tengo mis tristeza siempre ahí escondida,
poniéndose guapa"
Iván Ferreiro


Como para huir de sí misma, dejó los papeles por un instante y salió. Fuera, en la sombra perfecta sólo estaba Ella. Un cigarro, papel y hachís. Cogió su ipod, se puso los cascos y, por un rato, trató de dejar de pensar. En cada canción, Ella. Tras cada calada, Ella. Pero quizá esa fuese su peculiar forma de alejarse de sí misma.
Cada día, en cada hora, un nuevo motivo de tristeza y alegría la poseía. La llevaba por caminos raros como si poseyese muy dentro de sí una secta en la que la principal conspiradora fuese Ella. Su peculiar forma de ver la vida. Jodida por momentos. Jodidamente hermosa por otros. Los que más. Claro. Y oscuro.

Como si de una montaña rusa se tratase, se elevaba y caía, cada vez con más fuerza. Arriba y abajo. Hubiese sido necesario todo el aire del mundo para que esta vez sí pudiese elevarse tan alto como ella quisera. Flotar por los cielos tan alto que fuese posible mantenerse. Ser feliz. Allí, en ese adicto lugar al que alguna vez juró no tratar de volver. Pero volvió.

Ya cuando el porro empezaba a quemar los dedos, se preguntó a sí misma si algún día todo aquello cambiaría. Un hombre, niños, el perro, el monovolumen y las comidas de los domingos. Todo eso que debería de caber en su vida, con lo que había soñado desde niña, como todas las niñas. Pero quizá en su mundo no hubiese sitio para esa perfecta cotidianidad que algunos añoran y otros aborrecen. Quizá... su pena fuese mucho más grande que todo eso. Y su alegría, esa que llega con las pequeñas cosas, esa que Ella tanto valoraba y disfrutaba ... Quizá, tenga demasiada tristeza ahí escondida, como poniéndose guapa y quizá, esa y no otra, sea su propia felicidad.


--BCÁ--

3 comentarios:

Pablo dijo...

Me encantas

Pepe Ventureira dijo...

Hola Bibiana te ha sido concedido el premio "Dardos", si lo deseas puedes pasar por mi blog a recogerlo.

Un abrazo

Mario dijo...

Te leo y mientras te leo, veo que sonrío. Me gusta: "Quizá, tenga demasiada tristeza ahí escondida, como poniéndose guapa y quizá, esa y no otra, sea su propia felicidad". Nunca había pensado en el cuento de la bella tristeza. Gracias por escribir. Te descubrí tarde (o quizás pronto), pero te descubrí :)